Sebastian Andres R.         Ojos De Un Alma Que Llora


Negro lucero

 

Cuando cïega es el alma,

Los ojos no ven la calma,

Los escuchan labios palma.

 

Los oídos entonan versos,

Rítmicos, símbolos bellos,

Grises escalas de vivos.

 

La nieve al sudado haber,

Como fuego al frío tener,

La sabiduría obtener.

 

Crepúsculo el contemplando,                                     

Al salado mar bajando,

Sol y luna luchando.

 

Campaña

 

Inocentes palomas trabajando;

De terrible empresa la criatura,

Mancillando salvaje el alma pura;

Al caer, tocando el suelo vuelve amando.

  

Las hojas del triste otoño lagrimean,

También los primaverales colores,

Retroceden adelantan sus pares;

Benditos ustedes que sufren sean.

 

Ese azul océano ahogado en su mar,

Llora en el desierto; sufre los fríos

Castigos sin piedad por tanto dar.

 

Por una máquina del solo ataúd,

Siniestro del oscuro carruaje,

Navegando en su nostálgico laúd.